La Música en el alma

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Revista RITMO nº 824. Noviembre 2009

 

VARIACIONES. Revista nº 57

 

LA VERDAD. Crítica Ciclo Residencia 2013

 

Diario INFORMACIÓN. 2013

 

 

EL HERALDO DE ARAGÓN. 27 de febrero de 2013


 

Revista RITMO nº 827. Febrero de 2010: Una magnífica versión de las "Siete Últimas Palabras"


 

Lunes 7 de diciembre de 2009: "Una hermosa meditación"

 

Artículos sobre el CD "El humor en la Música de Cámara":

Revista RITMO nº 818. Abril 2009

Bajo el título El humor en la Música de Cámara, música para ser feliz, el cuarteto Almus nos presenta un divertido y, precisamente por ello, inusual trabajo. Exceptuando el genial cuarteto "La broma" de Haydn perteneciente a los Seis cuartetos rusos op. 33, las demás obras de este compacto no suelen encontrarse dentro de los programas habituales de los cuartetos de cuerdas que se encuentran en el mercado.
Las Happy Birthday Variaciones del compositor alemán Peter Heidrich son unas inspiradas elaboraciones del famoso tema de cumpleaños feliz compuesto por las estadounidenses hermanas Hill en 1893. El Cuarteto Almus da su toque personal a la versión incluyendo una última variación en "estilo español" basada en el pasodoble de Antonio Aivarez Suspiros de España.
La obra de Wolfgang Schroder Eine kleine Lachmusik es una caricatura de Eine Kleine Nachtmusik de Mozart. Comienza cada uno de sus movi- mientos con los sonidos originales del genio de Salzburgo pero transcurridos unos pocos compases desvía al oyente a un viaje musical que visita pequeños fragmentos musicales de otros compositores que se entrelazan con la original obra de Mozart.
J.M.P.U.

 

 

"El humor en la música".  Autor: Joaquim Zueras Navarro

 

 Jueves, 7 de febrero de 2008

CRÍTICA DE MÚSICA
Quinteto con fuerza
JOSEBA LOBERA

Muy buena sonoridad la escuchada al 'Cuarteto Almus&Piano', conjunto que presentó coordinación, musicalidad, buena afinación y calidad interpretativa a lo largo de un programa integrado por tres estilos distintos, el clasicista de Haydn, el romántico de Beethoven, y el nacionalista de Dvorak. Abrió el concierto el 'Cuarteto de cuerdas, Op.33, nº2 en Mi bemol mayor', más conocido como 'La broma' de J.Haydn, obra acorde a los cánones clasicistas, versionada con pureza técnica y elegancia por el cuarteto, acorde a las pautas interpretativas en las que el oyente debe creer que la obra ha finalizado por las curiosas pausas del cuarto tiempo.

El 'Cuarteto de Cuerda nº2 en Sol Mayor, Op.18 'de L.Van Beethoven' fue versionado con exquisita sonoridad a través de una viva versión muy adecuada a la brillantez y energía global de la obra, en marcado contraste con la rica expresividad del 'Adagio cantabile', toda una perla interpretativa en manos del cuarteto, que inició la segunda parte con el 'Quinteto para Piano y cuerda en La Mayor, Op.81' de A.Dvorak.

En dicha composición se escuchó un delicado canto en esa joya que es el segundo tiempo, plagado de sutilezas y controlados matices, nuevamente en evidente contraposición con el temperamento y la brillantez de los restantes movimientos. Ante el excelente resultado, los aplausos fueron correspondidos con una guinda, el tiempo lento del 'Quinteto en Sol menor 'de E.Granados, obra muy controlada por el pianista Antonio Narejos. Las cuerdas, por su parte, ofrecieron ternura, cuidados pianísimos y finura en la matización.


Lunes, 31 de diciembre de 2007

LUNES DE MÚSICA
Las bromas del Cuarteto Almus
ANTONIO DÍAZ BAUTISTA

Es tradicional que en la noche de hoy, última del año, hasta las personas más serias y circunspectas se vistan de etiqueta, se adornen con ridículos gorritos de papel y narizotas de payaso y soplen los llamados matasuegras. La causa de tales desvaríos es, sin duda, que, si hacemos un balance serio del año que concluye y enfrentamos con realismo el que comienza, podemos acabar, en la mayor parte de los casos, poniéndonos de mala uva. Por eso, resulta más conveniente hacer un poco el tonto, tener buen humor y desearnos lo mejor para el año venidero, que ya vendrán las madres mías y el tío Paco con la rebaja. Con este propósito les comento hoy un curioso disco, grabado por el Cuarteto Almus, que contiene tres divertidas gansadas musicales: tres divertimentos irreverentes capaces de hacer reír al melómano más exquisito.

Los Almus son cuatro magníficos profesionales de la cuerda, de adscripción murciano-alicantina, que han desarrollado un currículum lleno de éxitos y han alcanzado un envidiable grado de cohesión y madurez sonora. Uno recuerda, como interpretaciones especialmente señeras, la de Las Siete Últimas Palabras, de Haydn, el concierto, dedicado a Boccherini, en el Palacio Real, con los legendarios stradivarius de la colección palatina, o, más recientemente, la integral de los cuartetos beethovenianos.

Nada de seria y aburrida

Se equivocan quienes creen que la música llamada clásica es por definición seria y aburrida. Los melómanos sabemos muy bien que, en muchas ocasiones, ciertas melodías nos han puesto el espíritu risueño y animado, aliviándonos algún mal trance. Pero es que, además, es posible afrontar con humor la creación musical, o el recuerdo de otras partituras. Todos conocemos, por ejemplo, la famosa Sinfonía de los Adioses en la que Haydn, para protestar por cierto retraso en el pago de las nóminas, hizo que los músicos se fueran marchando del escenario hasta dejarlo vacío, o la de Los juguetes de Leopoldo Mozart, en la que intervienen instrumentos infantiles, y también Una broma musical, en la que Wolfgang Amadeus Mozart parodia a las pobres orquestas pueblerinas. Hace muchos años vi una hilarante película, creo que se titulaba El gran rubio con un zapato negro, o algo parecido, en la que el protagonista tocaba el violín en una orquesta sinfónica y se equivocaba constantemente, incluyendo pasajes ajenos a la partitura. En esta línea se pueden incluir las tres composiciones que integran este disco.

Principia el compacto con las variaciones que Peter Heidrich dedicó a un amigo para su aniversario, en las que la popularísima melodía Cumpleaños Feliz se va metamorfoseando en los estilos de Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Schumann, Brahms, Wagner, Dvorak, Reger, y después en estilo vienés, de Hollywood, de jazz, de tango, húngaro, hasta acabar con una añadidura en estilo español, compuesta por Francisco Pastor, violonchelista del grupo. A continuación se incluye el Cuarteto de la broma de Haydn, una partitura risueña y vital, muy en el estilo característico de su autor, pero en cuyo cuarto movimiento aparece una serie de errores desconcertantes, dando lugar a una de esas gamberradas musicales que tanto le gustaban al genial Franz Joseph.

Finalmente Eine kleine Lachmusik, de W. Schröder, es una disparatada parodia de la popularísima Pequeña Música Nocturna (Eine kleine Nachtmusik) de Mozart. Como los alemanes, aunque no lo creamos, también son capaces de hacer chistes verbales, el autor ha jugado con la similitud fonética de las palabras Nacht (noche) y lachen (reír), convirtiendo lo que era una música nocturna en una música para reír. Los pasajes de la popularísima Serenata se ven interrumpidos por constantes citas de otras obras musicales, bastante conocidas, de canciones populares y hasta del sonido de un móvil. Y con los humorísticos compases de este disco les deseo una risueña y feliz entrada de año.


 REVISTA QUO. Diciembre 2007


Martes, 13 de febrero de 2007

CRÍTICA DE MÚSICA
La Integral
JAVIER ARTAZA

Ante un Salón de los Espejos prácticamente lleno, y con notable presencia de profesionales de la música (lo que es un indicativo del interés que la propuesta del ciclo ha levantado), el Cuarteto Almus salió más que indemne de uno de los momentos más comprometedores de su ya dilatada carrera: la interpretación de la Gran Fuga, Op 133. Es esta una pieza extraordinaria, de 16 minutos de tensión acumulada, que exige un esfuerzo (en todos los sentidos del término) para el instrumentista como pocas. En ella, Beethoven, además de reinventar el género al darle un carácter de variación a las diferentes exposiciones, introduce un motivo rítmico plenamente incisivo, que dificulta las diferentes entradas, a la par que acumula una tensión dinámica que, al moverse en ámbitos agudos, requiere de una compenetración por parte del cuarteto pocas veces tan necesaria. Si bien con algún altibajo en esa tensión y con algún pequeño desajuste rítmico puntual, la interpretación tuvo la fuerza requerida y el carácter necesario, lo que el público agradeció con varias tandas de aplauso.

El resto del concierto, tanto el Cuarteto, Op 18 nº2, quizás el menos talentoso de los escritos por Beethoven, como el Op 59 nº3, fueron deudores de la Gran Fuga y la tensión que inevitablemente generó. En el primero, como preámbulo, la interpretación estuvo muy ajustada en tempos y contrastes tímbricos, virtud esta cada vez más patente en los Almus, que conforme avanza el ciclo consiguen una mayor separación en los timbres instrumentales, lo que en aparente contradicción, otorga una mayor unidad al conjunto.

El tercer cuarteto, una vez superada la Fuga fue, para quien esto escribe, lo mejor hasta la fecha. Escrito con notable inspiración romántica, el andante y el delicioso allegro molto fugado final, de aparente pero falsa sencillez, tuvo el toque preshubertiano que requería, con una separación tímbrica de las diferentes entradas, que acentuaban el contraste entre el excelente pizzicatto del violoncello y el resto de los motivos de innegable influencia rusa.


 


Martes, 23 de enero de 2007

CRÍTICA DE MÚSICA
El reto de los Cuartetos de Beethoven
JAVIER ARTAZA

Que Beethoven es uno de los más grandes músicos es algo que no se discute, pero en lo que Beethoven probablemente alcance unanimidad es que su cumbre creativa se encuentra en los cuartetos de cuerda, agrupación que le permite plasmar elementos tan vitales de su grandeza como la intensidad y duración, la reiteración simple y la tensión que esta origina, y, en definitiva, la proporción expresiva y estructural que hace de él uno de los grandes.

Considerada como un auténtico reto para cualquier cuarteto, la amplitud y grandeza de su integral (16 cuartetos y una Gran fuga), hace de su interpretación un auténtico hito para cualquier instrumentista, como demuestra el hecho de que hace más de noventa años que un conjunto español no se atreviese a afrontarlo.

Es por eso que la iniciativa del Cuarteto Almus, de salida, merezca un verdadero aplauso. El planteamiento que acompaña a este reto tiene su dificultad añadida por cuando se debe constreñir a 6 conciertos de alrededor de 2 horas cada uno, por lo que resulta muy atractiva la ordenación que se ha buscado de alternar en todos los conciertos uno de sus primeros cuartetos (Op 18) con otros de su producción media y otros de su última etapa (Op 127 y ss), para que el oyente pueda percibir en un solo concierto la evolución de su lenguaje. En la primera etapa de este rallye, como aperitivo, se escucharon los primeros cuartetos de cada etapa.

Tensión

El primero el Op 18 nº 3 con una línea melódica mozartiana todavía audible, el Op 59 nº 2, con un marcado simbolismo pre-romántico y el Op 127 con una variaciones donde se impone un visionario cromatismo como preludio de su obra posterior.

De la interpretación de los Almus, debería bastar con decir que mantuvieron la tensión de todo el público durante las casi 2 horas de concierto, y que lejos de caer en lo monótono llegaron a momentos realmente notables como en los dos Adagios y en el Scherzo del Op127 moviéndose en un diferenciación de planos y un control muy ajustado de las proporciones, virtudes que nos hacen confiar en unos siguientes conciertos de similar nivel.


 
 

 

UNA VALIOSA INTEGRAL  

El Cuarteto Almus inicia el año con una intensa e interesante agenda de conciertos. Los violinistas Manuel de Juan y Vicente Antón, el violista Octavio de Juan y el violonchelista Francisco Pastor presentaran a partir del próximo 26 de Enero, en el Museo San Isidro de Madrid, la integral de los cuartetos de cuerda de Beethoven. Se trata de un ciclo de seis conciertos (uno por mes, hasta el próximo 22 de Junio) que “supone para nosotros una enorme satisfacción, a la vez que todo un reto”, afirma Octavio de Juan. Sin el apoyo de la Universidad de Alicante, donde esta interesante serie de conciertos está teniendo una gran acogida, así como en el Teatro Romea de Murcia – donde se está desarrollando paralelamente -, esta interesante iniciativa “no se hubiera convertido en una realidad hecho que dignifica y ejemplariza a esta institución en su labor formativa”. El programa incluye los 16 cuartetos a los que han añadido la Gran Fuga en Sib Mayor Beethoveniana; repertorio que “sorprendentemente, desde 1915 no se habia podido escuchar en nuestro país por un cuarteto enteramente español”.

Además, el cuarteto Almus acaba de grabar para el sello RTVE un CD titulado “Música para ser feliz” que incluye el cuarteto de cuerda op. 33, “La broma”, de Haydn; Eine kleine lachmusick, de Schoeder, y Happy birthday variaciones, en su versión original de Heidrich; grabación que coincide con el lanzamiento de la Siete últimas palabras de Cristo en la Cruz op. 51, de Haydn, en DVD.


REVISTA RITMO Nº 793. Enero 2007



Martes, 16 de enero de 2007

Cultura
Tocar la fibra del alma
El Cuarteto Almus interpreta la integral de los 17 cuartetos para cuerda de Beethoven en el Romea, desde hoy y por segunda vez en España
PEPA GARCÍA/MURCIA

Desde que en 1915 el Cuarteto Español interpretara en Valencia la integral de los 17 cuartetos para cuerda de Beethoven, ningún otro cuarteto íntegramente español se ha enfrentado a este reto. Hoy, el Cuarteto Almus, Manuel de Juan y Vicente Antón (violines), Octavio de Juan (viola) y Francisco Pastor (violonchelo), casi un siglo después ponen en el Salón de los Espejos del Teatro Romea y sobre sus atriles los 17 cuartetos de Beethoven, «nueve horas y media de música pura, neta», aclaran para los profanos, que estos docentes de la música e instrumentistas han dividido en seis conciertos. Cada uno de estos conciertos se celebrarán en martes sucesivos, desde hoy, día 16, hasta el 27 de febrero, exceptuando el martes 30 de enero. «La integral ya la hemos empezado en Alicante, La Alberca y La Nucia, pero la terminaremos antes en Murcia, y también este mes la iniciaremos en el Museo de San Isidro de Madrid, donde los conciertos serán mensuales», adelantan.

«Hemos querido cuidar mucho la programación -comenta Manuel de Juan, uno de los violines de la formación y profesor del Conservatorio Superior de Música de Murcia- y en cada uno de los conciertos, salvo el segundo, interpretamos un cuarteto de cada época para ofrecer al público los tres estilos diferentes de Beethoven y para que perciba tres sensaciones». No en vano, los teóricos de la música afirman que el corpus más importante de la música occidental es la integral de los 17 cuartetos de cuerda de Beethoven, no sólo por su autor y la calidad de las obras, sino porque es el que mejor recoge las tres épocas del compositor: la primera etapa con el opus 18, la segunda desde el opus 59 al 95 y la gran culminación de su madurez, del opus 127 al 135. «El propio Beethoven a la única obra que denomina obra maestra -meister werk- en todos sus escritos es al opus 131», recuerda Octavio de Juan, viola del Cuarteto Almus y también profesor del Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá de Alicante.

Para los integrantes de este cuarteto consolidado y estable (llevan tocando juntos desde 1989, aunque no es hasta 1993 cuando empiezan con su actividad regular y los ensayos semanales -dos veces a la semana, un mínimo de cinco horas-), este era un objetivo sin fecha desde sus inicios y ahora «ha llegado el momento», afirman los integrantes de Almus.

Para su preparación han contado en los últimos 10 años con la inestimable colaboración del maestro Bretislav Novotny, primer violín del legendario Cuarteto de Praga, con el que se han «encerrado» cuatro veces al año desde entonces, y de forma más intensiva en los dos últimos años «nos ha ayudado a trabajar la integral», que según afirma Manuel, «es como el doctorado de un cuarteto». De hecho, explican, todos los grandes cuartetos hay un día que han hecho la integral y «todos los grandes maestros que hemos consultado dicen que hay un antes y un después: estamos deseando tocar la última nota del último cuarteto para experimentar ese momento. La música de Beethoven te da la posibilidad de encontrarte con tus propias limitaciones y con tu ser, y, con independencia de las ideas religiosas, con algo místico, trascendental», opina la viola del Cuarteto Almus. «La música de Beethoven te hace sentirte mejor persona, porque es el que mejor sabe acariciar la fibra del alma», apunta Manuel de Juan, y añade Octavio: «Te hace sentir tu pequeñez ante el néctar de un genio».

Así que, a partir de hoy y en martes sucesivos, el Cuarteto Almus se mirará al espejo con este programa que les obliga a revisar su propia formación y los amantes de la música disfrutarán de un espectáculo único y muy atractivo.


 

Martes, 26 de diciembre de 2006

CRÍTICA DE MÚSICA
Recuerdos con música
OCTAVIO DE JUAN

Por cuarto año consecutivo hemos vuelto a reunirnos, el 19 de diciembre, en la Iglesia de Algezares para honrar la memoria del malogrado violonchelista Miguel Ángel Clares, en el mismo día de su fallecimiento. La parte musical estuvo a cargo, en esta ocasión del Cuarteto Almus, interpretando páginas de Beethoven, con la participación de la violonchelista Alicia Martínez Marín para el Adagio del Quinteto en Do mayor de Schubert, y actuando en solitario brindó la Sarabande de la quinta Suite, una música en la que Miguel Ángel alcanzaba sublimes realizaciones.

Dos días después, el propio Cuarteto Almus celebraría su décimo concierto navideño en el Museo Gaya. Teniendo como punto central la sublime Cavatina del opus 130 de Beethoven, el recital acabó con la esperada tanda de villancicos adaptados a este tipo de formación de cámara.


Dialnet: Ritmo - Listado de artículos
Cuarteto Almus: "Un sueño hecho realidad".



Martes, 19 de diciembre de 2006

Cultura
Música de Alicia Martínez y el Cuarteto Almus en memoria de Miguel Ángel Clares
LA VERDAD/MURCIA

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Loreto de Algezares acoge esta tarde -19.30 horas- la eucaristía en memoria del violonchelista Miguel Angel Clares, en el cuarto aniversario de su fallecimiento. Se recordará también a Radu Aldulescu, profesor de violonchelo de Miguel Angel en el Conservatorio de Música de París y en la Academia Menuhin de Suiza, fallecido en este año. Como se viene haciendo desde hace cuatro años, se invita a participar en la misa a un grupo de cámara murciano, en esta ocasión el Cuarteto Almus y la violonchelista Alicia Martínez Marín.


Lunes, 16 de octubre de 2006

Cultura
Música y pintura para recordar el primer año sin Ramón Gaya
Desde Valencia se desplazó su viuda, Isabel Verdejo, que asistió al concierto ofrecido en el Museo
S. G./MURCIA

La sala de exposiciones del Museo Gaya quedó pequeña para acoger al público que ayer asistió al concierto-homenaje en el que participó el Cuarteto Almus, que interpretó obras de Mozart y Beethoven, en la jornada que conmemoraba el primer aniversario de la muerte del pintor Ramón Gaya, ocurrida en la madrugada del 15 de octubre del pasado año, y a los cinco días de su noventa cinco cumpleaños. Desde Valencia se desplazó su viuda, Isabel Verdejo, y, junto a ella, estuvieron presentes numerosos amigos murcianos del pintor, como Carlos Egea, Eloy Sánchez Rosillo, Pedro Serna, Pedro García Montalvo, Soren Peñalver, etc.



Martes, 17 de octubre de 2006

CRÍTICA DE MÚSICA
Recordando a Ramón Gaya
OCTAVIO DE JUAN

Mozartiano hasta la médula, Ramón Gaya ha tenido, al cumplirse el aniversario de su fallecimiento, música de Mozart y de Beethoven que viene a culminar la esencia de ese arte inmaculado. Porque no otra cosa representa el célebre Cuarteto en Si bemol mayor, sexto del opus 18, más conocido por el La Malinconía, que la clausura de un extraordinario proceso creador que con Haydn y Mozart, principalmente, se había iniciado casi medio siglo antes, y que en el tercero de los Cuartetos Milaneses, con el que abría el recital el Cuarteto Almus, escrito por el genio de Salzburgo cuando apenas contaba quince años, había encontrado una de sus más perfectas realizaciones.

Y no por casualidad el arte de nuestro magistral pintor encontraba su exacta correspondencia en esta música, porque nada más próximo a su pincelada mínima, exquisita y cristalina que la música de Mozart en la que el más leve susurro o la más mínima alteración de ese silencio, que tanto quería para sí mismo el pintor, echa por tierra esas construcciones mágicas del genio salzburgués. Ni una sola nota de más, ni de menos, como hizo saber en su conocida respuesta al Emperador, ni un acento fuera de su lugar exacto, ni un arrebato más allá de su precisa expresión. Todo está en su justa proporción, y todo es perfecto en su esencial radicalidad. Y todo debe aparecer, a la hora de su interpretación, armoniosamente sencillo y natural, y envuelto en una delicada y despreocupada sonrisa.

Porque sonrisa es lo que desprende la obra del joven infante en sus correrías por Milán, y sonrisa y jovialidad, elevadas a lo trascendente, es lo que contiene el sexto Cuarteto de la inconmensurable integral de los de Beethoven, incluso cuando en esos melancólicos sollozos de los 44 maravillosos compases del segundo tiempo lento que le dan el nombre, los sentimos bajo el manto de la intimidad más pura y descarnada, pero abierta a la esperanza. Podríamos decir que el propio Don Ramón estaba allí, entre nosotros, atento y ensimismado, pero abierto, también, a otras músicas como en otras jornadas habían sido las de Ravel o Shostakovkich, rodeado de sus seres más queridos y de un sinnúmero de amigos que colmaban los estancias de su museo.



Martes, 24 de octubre de 2006

CRÍTICA DE MÚSICA
Música espiritual
OCTAVIO DE JUAN

Música y espiritualidad podría ser el rótulo que hubiera servido igualmente, para el recital de la noche, a cargo del Cuarteto Almus, en el patio del Palacio Episcopal dentro de los actos organizados con motivo de la Coronación de la Dolorosa de Jesús de Salzillo. El marco no podía ser más apropiado, no sólo por su traza arquitectónica sino por sus admirables condiciones acústicas, que ya quedaron patentes desde el concierto inaugural de su rehabilitación.

Bajo la advocación, ahora, de la bellísima imagen de Salzillo, la particular gioconda del arte murciano, se ha dado cita una trilogía de músicas, que bien podrían sugerir, las tres y cada una de ellas, el tema de la música y la espiritualidad. No como una dualidad, sino como algo sustancial a la propia música, al margen de cualquiera otra intencionalidad y contenido religioso al que pueda responder. Quizás radique en esta falta de espiritualidad, en la que ha incidido y persevera la mayor parte de la música de nuestro tiempo, la clave de su estrepitoso fracaso, y por qué no decirlo, también, la causa principal de la indiferencia y apartamiento del público que, en el mejor de los casos, ha tenido que recurrir al redescubrimiento de páginas del pasado.

Y en este sentido, las páginas de Haydn, Martín y Soler y del malogrado Juan Crisóstomo Arriaga venían a tener, en dosis distintas, esta cualidad de redescubrimiento para la mayor parte de un público que llenaba por completo el recinto. Un éxito.



Viernes, 12 de mayo de 2006

MURCIA TRES CULTURAS
El Cuarteto Almus estrena 'Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz'
LA VERDAD/MURCIA


El Cuarteto Almus estrena hoy a las 21.00 horas en la Iglesia de San Juan de Dios de la capital murciana Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz, compuesta en 1786 por Josef Haydn por encargo de la Santa Cueva de Cádiz. Se trata de un acto que se enmarca dentro del Festival Murcia Tres Culturas que patrocina La Verdad. El cuarteto estará acompañado por el orador Luis Emilio Pascual Molina que introducirá este concierto sacro y que, en su transcurso, recitará las palabras de Cristo.

La formación de cuerda está compuesta por los violines de Vicente Antón y Manuel de Juan, la viola de Octavio de Juan y el violonchelo de Francisco Pastor. El Cuarteto Almus inició su andadura en el mundo de la música en 1989 pero es sobre todo a partir de 1993 cuando la formación se consolida y desarrolla una actividad ininterrumpida que la ha convertido en una de las agrupaciones camerísticas españolas más estables.

Además de interpretar música para cuartetos, los componentes del Cuarteto Almus han ampliado su formación para interpretar quintetos con músicos tan importantes como la pianista Mariana Gurkova, violonchelistas como Miguel Ángel Clares o el violista Christian Euler.

La agrupación musical ha realizado numerosas giras por la geografía española, a las que hay que añadir los conciertos realizados en la República Checa, Bélgica, Francia e Italia, destacando sus actuaciones en la Gran Sala Martinu de Praga, en las temporadas del Moulin d´Andé y del Chateau de Châmps, el Palazzo Barolo de Turín y la Sala Pegasus de Spoleto.



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